Dogville
“Dogville”
(2003, Lars von Trier) es una película del director danés, conocido por el
grupo Dogma, ambientada en Estados Unidos durante los años de la Depresión. Es
una alegoría moral que narra la historia de Grace, una bella mujer de
naturaleza bondadosa, que se esconde de gánsteres en el pequeño, pobre y
aislado pueblo de Dogville, en Colorado, de 15 habitantes, retratados al inicio
del filme como encantadoras personas con pequeñas imperfecciones cotidianas.
Grace es acogida por Tom Edison Jr., un aspirante a escritor con pretensiones filosóficas,
que intenta que sus vecinos tengan capacidad moral, civilizada. Propone a los
ciudadanos refugiar a Grace a cambio de que ella realice pequeñas labores para
los habitantes, en una suerte de experimento en el cual ella estará a prueba.
Poco a poco, la supuesta moralidad sencilla y bondadosa de Dogville se
relativiza, los ciudadanos comienzan a abusar de la condición de refugiada de
Grace, la humillan, siempre con la torcida moralidad cristiana de Estados
Unidos como forma de legitimar el aprovechamiento de su vulnerabilidad.
Lo
original de la película es su puesta en escena: el pueblo es un gran set sobre
pavimento con las calles y viviendas delimitadas por líneas blancas, en una
especie de trazado de cancha. Las casas no cuentan con paredes ni puertas y los
actores simulan que existen, una forma de darle énfasis al carácter histriónico
del argumento. Si bien se emplean algunos muebles en el set, las tomas a nivel
de suelo interiores permiten ver la acción en otras viviendas, con lo que se
refuerza la idea de promiscuidad social, pero von Triers es hábil en encuadrar
tomas en los personajes cuando el dramatismo lo requiere y emplear la cámara
cenital para dar una visión de conjunto y potenciar al narrador en off en su
visión omnisciente. Todo ello imprime un carácter simbólico, experimental,
teatral a la película, así como la división en del filme en un prólogo y nueve
capítulos.
En
suma, “Dogville” es un genial relato alegórico de la hipocresía de la moral
estadounidense y una reflexión sobre la relatividad de la ética. Imperdibles
las imágenes de los créditos, con la canción “Young America”.
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